Olivetianos en acción

LA CELEBRACIÓN DEL VI ENCUENTRO

   Cumpliendo con lo previsto, el pasado día 5 de junio, viernes, celebramos el VI Encuentro de los Olivettianos españoles.

     Sirvan estas líneas como breve crónica del evento con independencia de que cualquier olivettiano que lo desee pueda participar aportando su colaboración en clave de comentario o imagen gráfica.

     Como actividades complementarias se había previsto una cena la noche anterior para los asistentes adelantados o residentes en Zaragoza y otras posibilidades turísticas y culturales durante nuestra estancia en esta bella y hospitalaria ciudad.

 

     El hotel Alfonso I, en la ciudad de Zaragoza, fue una espléndida sede para el desarrollo del evento. Por segunda vez, la capital aragonesa, en donde inauguramos este tipo de actos en el año 2003, fue marco magnífico para nuestra fiesta en el extraordinario "Salón Triunfo de Baco".

     Un total de 57 compañeros nos dimos cita ese día para compartir una inolvidable jornada. Al igual que en las anteriores ocasiones el reencuentro, los abrazos, el recuerdo de las vivencias compartidas y de los compañeros que no pudieron estar con nosotros y el intercambio de noticias familiares dieron paso a la emoción, difícil a veces de contener. Algunos de los asistentes participaban en un encuentro por primera vez. Y como ha venido ocurriendo en estas situaciones en ocasiones anteriores lo vivido por ellos a lo largo del día superó en buena medida sus expectativas.

    La liturgia del acto fue la habitual. El registro de rigor a la llegada al hotel, recogida de la documentación y reparto de abrazos y saludos por doquier. A cada uno de los asistentes se nos entregó una bolsa (¡cómo echamos de menos aquellas elegantes bolsas con el logo de nuestra empresa!), que contenía una carpeta-dosier con la documentación del acto, una bolsa de las ricas frutas de Aragón, otra de caramelos también de la tierra: los afamados "adoquines", y una botella del buen vino tinto del Somontano, obsequio de nuestro compañero José Enrique Pie Porta, que en su tiempo se hizo cargo de la concesión de Huesca.

    Tiempo de aperitivo y tiempo de más saludos y primeras conversaciones.

    La mayor parte de los compañeros procedían de las áreas de Barcelona y Madrid. Naturalmente, los aragoneses estuvieron muy bien representados. El AVE acortó los tiempos de viaje, de manera que, si se salía de esas ciudades a primera hora, se disponía de tiempo para acercarse al Pilar o para visitar la fortaleza mudéjar de la Aljafería y sede de las Cortes de Aragón, que albergaba una muy interesante exposición sobre el rey Fernando II de Aragón. Algunos compañeros así lo hicimos y disfrutamos de este ocasional valor añadido a nuestro viaje. Digamos que los restos mudéjares del palacio fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO el año 2001.

    Ya en el salón comedor, tras los casi ya tradicionales toques digitales de atención y habiendo ocupado cada cual su puesto a la mesa, dio comienzo el acto formal con una proyección de imágenes retrospectivas de los cinco encuentros anteriores iniciados precisamente en Zaragoza en 2003, seguido en Valencia en 2006, después la celebración del centenario en 2008 en Barcelona especialmente entrañable en su contenido y multitudinario en asistencia seguido en 2010 también en Barcelona y el V encuentro en Madrid en 2012.

    Fueron momentos evocadores con una muestra de lo que otrora habían sido dichos encuentros y preludio de lo que se desarrollaría también en esta ocasión.

    El final de la proyección introducía a Jordi Calvet que daba la bienvenida personalmente y en nombre del Comité Organizador actuando como nos tiene acostumbrados en estos encuentros en calidad de maestro de ceremonias.

    Jordi puso un punto de emoción al recordar a los compañeros que participaron en anteriores ediciones de la fiesta y que ya no estarán con nosotros.

 

    Tomó la palabra luego nuestro compañero Jordi Martínez Brotons, catalán de origen y aragonés de adopción, para dar la bienvenida a los asistentes. Aprovechó para anunciar la reciente aparición de su último libro "Paoletta, la pasión de Haití". Nos comentó que es una novela histórica, al igual que otras suyas, pero que ésta contiene una cierta dosis de erotismo. Parece ser que la presentación ha tenido mucho éxito.

 

    Le siguió José Manuel Aguirre. En primer lugar trasmitió a los asistentes el saludo de cuatro veteranos a los que resulta ya difícil viajar para acudir a estos actos: Carlos Tutusaus, Luis Vich, Enrique Arboleya y Paco Herrero. Un aplauso correspondió al saludo. Nos habló luego de la obra de nuestro compañero Javier Tomeo. Nos dijo que concurría una triple circunstancia que le inducía a hacerlo: el hecho de que Javier era aragonés, nacido en Quicena (Huesca); el que en este mes se cumplían los dos años de su fallecimiento y, sobre todo, el homenaje que los Correos de España tributaban a nuestro compañero escritor al dedicarle un sello y el matasellos de primer día. Por todo ello, recurrió a la lectura de comentarios de diversos críticos literarios y escritores que aparecen en el prólogo del libro de cuentos y obras cortas, publicado hace dos años, pocos después de la muerte de Javier. A continuación, leyó dos piezas contenidas en sus Bestiarios: la libélula, del primero, y el asno, del segundo. La lectura sumió a una parte de los asistentes en el estado de perplejidad en el que caen a menudo aquellos a quienes no gustan las obras de Javier.

    Cerró esta primera parte de parlamentos, Pablo Cordón. Un tanto emocionado recordó episodios y compañeros de su vida en Olivetti. Fue muy aplaudido.

    Se pasó a la comida. Un menú acorde con la ocasión. Se cerró con el tradicional brindis. Todos se felicitaron mutuamente.

    Tras la comida, nuevos parlamentos. Fueron muchos los compañeros y compañeras que animaron esta primera hora de la tarde con felices intervenciones. El cronista no recuerda todas ellas y por ellos se limitará a dar testimonio de la alegría y el buen humor reinante, de la felicitación al Comité Organizador porque, alguien dijo "había superado el listón, ya muy alto de anteriores ocasiones". También fue muy compartida la petición de que el VII Encuentro no se hiciera esperar tanto y que se celebrara el próximo año. Nos vamos haciendo mayores y no hay que desperdiciar oportunidades.

    Se inició el tradicional sorteo de regalos (libros, en especial). El cronista tiene la impresión de que hay compañeros que están bendecidos por la fortuna: siempre les toca algo. Ahí está nuestra "digitaloteca olivetiana" para demostrarlo.

    Y, en pleno sorteo, llegó la gratísima sorpresa de la tarde. Una reducida rondalla, no por eso menos brillante y eficaz, nos obsequió con un recital de jotas de las tres provincias aragonesas.

    Fue hermoso y emocionante de verdad. El cronista se sintió aragonés sin serlo y, además pudo advertir que en los ojos de algunos de los presentes brillaba una luz especial. La cosa llegó al apoteosis cuando la rondalla se arrancó con aquello de

Quisiera, quisiera , quisiera volverme hiedra

y subir, y subir y subir por las paredes

pa' ver, pa' ver , pa' ver el dormir que tienes.

    Las fotos testimoniarán que alguno espontáneos se unieron a la espléndida solista para componer una versión con trío y acompañamiento de coro de la popular jota.

    No menos entusiasmo despertó aquello de

La Virgen del Pilar dice

que no quiere ser francesa,

que quiere ser capitana

de la tropa aragonesa.

    El cronista , por más esfuerzos que hace, no consigue recordar unos momentos parecidos desde los tiempos de la mili.

    Una larguísima ovación premió la intervención de la rondalla mañica.

    Terminada la continuación del sorteo, y como ya es costumbre en la ceremonia, cerró el acto José Luis Varas, miembro del Comité Organizador. Agradeció su presencia a todos los asistentes. Declaró tomar notar de las peticiones de que el VII Encuentro no se demorase, dijo ser consciente de que el tiempo apremia y prometió que el Comité se pondría las pilas para atender esas solicitudes.

Deseó un buen viaje de regreso a todos y así concluyó un encuentro, más feliz, si cabe, que todos los anteriores.

Carrusel con las mejores fotos del VI encuentro Zaragoza 2015

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