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SEMBLANZA DE JOSÉ FRANCISCO TOMÁS REBLED.  1ª parte.

Después de 39 años de trabajar en Olivetti y en las sucesivas empresas que la fueron comprando, el 24 de Julio de 2009, José Francisco Tomás  Rebled, dejó la actual compañía Tecnocom, dentro del llamado “Plan de Empleo” por el que está previsto que dejen la compañía unas 180 personas.

José F. Tomas Rebled, conocido en el mundo Olivetti como Rebled, ha sido una persona que creemos que ha encarnado perfectamente el espíritu que ha impregnado el carácter de tantos  compañeros y amigos  que han  formado parte durante tantos años de esta gran familia que ha sido Olivetti. Toda su vida profesional la ha desarrollado en el entorno especialmente duro de los Servicios de Atención al Cliente, ahora llamados Servicios Gestionados, traducción literal de la terminología “Managed Services”  usada en el mundo de habla inglesa y ha destacado por su gran profesionalidad, dedicación y capacidad de liderazgo.

En este momento y aprovechando el relanzamiento de la WEB Olivetianos, quisiéramos hacer una semblanza de su andadura profesional, pero sin dejar de lado sus aspectos más personales.

P. En primer lugar José nos gustaría que nos hicieras un breve recorrido por los primeros años de tu vida.

R. Trataré de daros de la manera más condensada posible una visión de mis primeros años de vida. Nací en Lleida (entonces Lérida) un ya lejano 4 de Octubre de 1946, día de San Francisco de Asís, motivo por el cual Francisco forma parte de mi nombre.

Mis primeros años los pasé como tantos otros niños de la época, yendo a la escuela a partir de los 5 años, jugando mucho en la calle especialmente al futbol (entonces no habían prácticamente coches en las calles), recorriendo los mil y un recovecos del Castillo de Lleida, que después, con el tiempo, vi con otros ojos y disfruté de la maravilla que es este conjunto arquitectónico que domina desde una colina a toda la ciudad.

Pero el privilegio mayor que recuerdo de esta época, es que tuve la oportunidad desde los 5 años hasta los 15, de vivir desde mediados de Junio hasta mediados de Septiembre en un pueblo del Sur de la provincia de Lleida (Seros)en casa de un amigo de mi abuelo y allí disfrute de una total libertad para ir a las huertas, al rio a pescar, a escuchar las tertulias que se hacían en la calle , mientras desde alguna casa pudiente que tenían un aparato receptor de radio se escuchaba “El Parte” de las 10 de la noche. Para los más jóvenes, a los que esta palabra no les será familiar decirles que el parte era el equivalente a las noticias de las 10, obviamente salvando todas las distancias.

Esta manera de disfrutar de los veranos, me dio de manera indirecta la  gran ventaja de evitar formar parte de toda una serie de organizaciones que en aquellos años hacían un gran proselitismo del régimen y que trataban de hacer un verdadero lavado de cerebro de los niños y jóvenes.

P. Pero llegaría el momento de tener que afrontar otra etapa en los estudios ¿Qué estudiaste y donde?

R. A partir de los 10 años, empecé el Bachillerato por libre. En la escuela me preparaban y a final de curso y en un único día desde las 9 de la mañana hasta las 6 de la tarde nos examinaban en el Instituto, una asignatura detrás de la otra, y todas en el mismo día. Así hice hasta 4º y la correspondiente Revalida.

En aquel momento y ahora suena muy raro, en Lleida solo se podía estudiar Oficialía Industrial (1er ciclo de Formación Profesional) o Magisterio. Opte por la Oficialía y a los 14 años me matricule en primer curso.

Al acabar el año y como parece que ya desde muy joven me iba la marcha, le dije a mi padre que se perdía mucho tiempo y que me buscara un trabajo. Así que a los 15 años empecé a trabajar de aprendiz de electricista y de 7 de la tarde hasta las 10 de la noche curse, con buenas notas el segundo y tercer curso.

Estos dos años que estuve trabajando influyeron mucho en mi formación, ya que además de toda una serie de conocimientos prácticos, el oficial con el que trabajaba, un gran profesional y una excelente persona, me dio otra serie de conocimientos que me han sido de gran utilidad posteriormente. Me enseño a disfrutar con el trabajo bien hecho, a repetir un trabajo las veces que fuera necesario hasta que quedara bien, a trabajar en equipo, a respetar a los compañeros y  a dejar siempre las puertas abiertas cuando terminas una etapa. De verdad que me dio unos fundamentos básicos muy importantes.

P. Sabemos que en aquel periodo empezaste también a jugar a futbol ¿Como lo compaginabas con el trabajo y con los estudios?

En aquel momento y seguramente sin ser  consciente aprendí lo que después en los cursos de liderazgo llaman “La Gestión del Tiempo “.

 A partir de los 14 años, jugaba al futbol en el equipo juvenil A del Lleida. Trabajaba desde las 8,00 hasta las 13,00. A esta hora cogía  la bicicleta y a las 13,15 ya estaba cambiado y entrenado hasta las 14,25. Una ducha rapidísima, otra vez la bicicleta y a casa a comer o mejor a engullir la comida y otra vez bicicleta y a las 15,00 a fichar en el trabajo, hasta las 18,30, hora a la que me iba a la Escuela del Trabajo, donde teníamos clases desde las 19,00 hasta las 22,00.

Como podéis comprobar ya por aquel entonces (años 1961 y 1962) “mi agenda”  estaba muy llena y desde luego no tenía tiempo para aburrirme.

P. Desde luego que no me extraña que después en Olivetti fueras siempre “como una moto”. Pero llega un momento en que te vas a Zaragoza ¿cómo fue y porque? ¿Fue duro el cambio?

R. Cuando termine Oficialía Industrial y como en Lleida no se podía estudiar  Maestría Industrial ( 2º ciclo de la actual Formación Profesional), en la escuela en la que estaba nos hablaron de la posibilidad de pedir unas becas para poder estudiar Maestría Industrial en Zaragoza en la Institución Sindical Virgen del Pilar . Además en aquel momento el Lleida y el Zaragoza tenían muy buenas relaciones y me propusieron fichar por el equipo juvenil A del Zaragoza

Así que en Septiembre de 1963, me desplace a Zaragoza, donde cuatro días a la semana por las mañanas entrenaba con el juvenil y por las tardes de 15,00 a 20,00 iba a clase. Y así durante dos años, que al inicio fueron muy duros en lo personal, ya que era la primera vez que tuve que empezar a vivir fuera del entorno familiar y de mis amigos de infancia.

Sin embargo en este tiempo disfrute mucho con el futbol , ya que eran los años gloriosos del Real Zaragoza , con sus “ 5 magníficos” , con los que cada jueves teníamos un partido de entrenamiento y convivíamos con ellos. Además teníamos el privilegio de poder asistir a todos los partidos en La Romareda, inclusive los internacionales de Copa de Ferias. Allí vi jugar a figuras como Bobby y Jackie Charlton, los últimos años de Alfredo di Stefano, con el Español, vi debutar a Pirri y a tantos y tantos buenos jugadores de la época.

P. Ya veo por el entusiasmo con que lo cuentas que fue una etapa muy bonita. De tu vida. ¿Como continuo?

R. Al terminar Maestría Industrial en 1965, volví a pedir una beca para empezar en la Escuela de Peritos e Ingenieros Técnicos de Zaragoza, los estudios de la recién salida del horno Ingeniería Técnica. De hecho soy de la promoción del 1968, que fue la primera  promoción de Ingenieros Técnicos. Allí, aunque no lo conocí en aquellos momentos, coincidí con el que ha sido y es uno de mis mejores amigos en Olivetti, Eusebio Calvo.

Al terminar como juvenil  en 1965, prácticamente casi todo el equipo, dentro de un acuerdo de colaboración con el Real Zaragoza, fichamos por el Barbastro, equipo entonces de Tercera División, que era un equivalente a la Segunda B actual. Allí jugué dos temporadas  y una tercera y última temporada en el Real Arenas de Zaragoza.

Las dos últimas temporadas estuvieron marcadas por dos lesiones que me hicieron perder proyección  y tomar la decisión de que al futbol profesional solo puedes dedicarte si lo puedes jugar al máximo nivel

P. Por lo que entiendo, en el verano de 1968 acabas tus estudios de Ingeniería Técnica en Zaragoza y ¿cuál fue el siguiente paso que diste?

R. Durante los veranos de 1967 y 1968, estuve haciendo los campamentos de Milicias Universitarias en Castillejos (Reus) y al acabar los mismos, con el título de Alférez  de Complemento, discutí en Septiembre el Proyecto Final de carrera que había preparado mientras hacia el tercer curso y aún jugaba al futbol.

Otros años de tener “la agenda” muy ocupada. Ah, ¡y también tenía tiempo para divertirme!

En Septiembre solicite plaza para hacer las prácticas de Milicias, que me concedieron en Sevilla a partir del 20 de Diciembre. Los meses de Octubre a Diciembre los dedique a dar clases de Matemáticas, Física y Química y a  sacarme en Noviembre el carnet de conducir que tengo desde hace 41 años y que nunca he usado. Creo que debo ser de los pocos españoles que no tiene coche.

Resaltar que los 5 años que pase en Zaragoza fueron otro complemento muy importante en mi formación no solo académica, sino también personal, ya que salí de un entorno cerrado en Lleida y tuve que aprender a convivir con otras personas, con otras costumbres. Allí se me empezó a abrir mucho la mente.

P. ¿Y qué tal por Sevilla?

R. La verdad es que lo pase muy bien. Creo que ha sido de los pocos periodos en mi vida en los que me dedique a vivir bien, ya que el trabajo de Alférez no era ni mucho menos agotador. Además en aquellos años estaba  muy bien pagado, ya que ganaba bastante más como Alférez que lo que ganaba cuando empecé a trabajar en Olivetti.

Además, pude disfrutar  desde dentro de las vivencias de la Semana Santa y de la Feria de Abril, que son dos espectáculos que hay que ver aunque solo sea una vez en la vida. Y sin olvidar que es un verdadero privilegio vivir cuatro meses en Sevilla, trabajando poco, ganando dinero y pudiendo disfrutar de una ciudad que es maravillosa. Otra experiencia que me enriqueció mucho ya que me permitió ver otra cultura y otra forma de entender la vida.

Los cuatro meses de Sevilla fueron un periodo de transición entre una etapa de mi vida (la de estudiante y mal futbolista) y la que iba a empezar con mi entrada en Olivetti y que ha durado 39 años.

Allí en Sevilla escribí a un montón de anuncios, entre ellos a Olivetti, sin saber que iba a terminar trabajando 39 años en dicha empresa

P. Acabas la Milicias a Final de Abril de 1969 ¿y cuáles son los siguientes pasos que das?

R. El día después de llegar a Lleida desde Sevilla , el 2 de Mayo  empecé a trabajar en una Oficina Técnica , haciendo Proyectos de Instalaciones Eléctricas y allí seguí hasta el 6 de Julio , fecha en la que me despedí para empezar a trabajar en Hispano Olivetti . Recuerdo dos cosas con mucho cariño.

La primera fue mi conversación con el dueño de la Oficina Técnica en la que trabajaba. Durante más de dos horas trato de convencerme de que no me  marchara y uno de los argumentos que utilizo fue “Te vas a ir a una empresa grande. Aquí si tienes problemas, hablas conmigo y trato de solucionártelos. En la empresa grande cuando tengas un problema, no encontraras casi nunca a un interlocutor que te los resuelva. Todos tendrán que pedir autorización a otro y así te darán vueltas como a una peonza”. CUANTAS VECES EN ESTOS AÑOS  ME HE ACORDADO DE AQUELLA CONVERSACIÓN.

La segunda, es que un amigo de mi padre, cuando este le comento donde iba a empezar a trabajar le dijo ¡Qué suerte ha tenido tu chico! ¡La Hispano Olivetti es una empresa para toda la vida! Y la verdad es que acertó, ya que en ella he estado 39 años, casi toda mi vida laboral.

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